sábado, 23 de agosto de 2014

La vagina, mucho más compleja y dinámica.


Lejos de ser un órgano pasivo, una mera vía de paso, la vagina alberga una gran riqueza biológica que difiere de unas mujeres a otras y que suele evolucionar a lo largo del ciclo menstrual, según una investigación dirigida desde la Universidad de Maryland (EE.UU.) presentada este miércoles en la revista Science Translational Medicine.

La investigación obligará a corregir las ideas vigentes sobre qué es una vagina sana. Si hasta ahora se consideraba que la vagina debe tener bacterias del género Lactobacillus para protegerse de infecciones, los nuevos resultados indican que algunas mujeres están igualmente protegidas gracias a bacterias distintas. A falta de Lactobacillus, estas mujeres serían diagnosticadas actualmente de vaginosis –una alteración patológica de la flora vaginal– y candidatas a ser tratadas con antibióticos. Pero los investigadores de la Universidad de Maryland han demostrado que no tienen ninguna alteración patológica sino que son casos de variación dentro de la normalidad. Y, por lo tanto, que no deben ser tratadas con antibióticos.

Por otro lado, en los casos en que sí haya vaginosis, la investigación abre la vía a adecuar el tratamiento a la flora vaginal de cada mujer. “Muchos estudios y tratamientos se basan en la idea de que todas las mujeres son iguales y reaccionarán de manera similar a los tratamientos”, declara Jacques Ravel, director del trabajo, en un comunicado difundido por la Universidad de Maryland. Los nuevos datos muestran que “cada mujer parece tener su propio estado de salud”.

La investigación se ha basado en 32 jóvenes voluntarias que a lo largo de 16 semanas se han prestado a extraerse muestras vaginales dos veces por semana. Al mismo tiempo, han rellenado una encuesta diaria en la que se les preguntaba sobre cualquier variable que pudiera estar relacionada con su flora vaginal, como –entre otras– el sangrado menstrual, el uso de támpax o la actividad sexual.


Tras analizar las muestras vaginales con técnicas genómicas de secuenciación masiva, los investigadores han observado que hay cinco tipos principales de floras bacterianas entre las participantes en el estudio. Tres de ellos contienen bacterias del género Lactobacillus, que segregan ácido láctico y crean un entorno hostil que defiende la vagina frente a microorganismos invasores. En los otros dos tipos de floras vaginales son otras bacterias las que construyen una primera barrera de protección frente a las infecciones. Estos resultados confirman los de un estudio anterior presentado el año pasado por los mismos investigadores.

La principal novedad del nuevo trabajo es que hay una gran variedad de bacterias, no solo entre los distintos tipos de flora vaginal, sino dentro de cada tipo. En algunas mujeres –pero no en todas- incluso se han observado diferencias importantes en la composición de la flora vaginal de un día al siguiente (si han tenido una relación sexual) o de una semana a la siguiente (según el momento del ciclo menstrual). Pero, sean de un tipo u otro, y varíen o no varíen con las relaciones sexuales o el ciclo menstrial, todas estas floras vaginales son igualmente sanas, destacan los investigadores.

“El microbioma vaginal es mucho más complejo y diverso de lo que se había imaginado”, destacan Steven Witkin y William Ledger, de la Universidad Cornell (EE.UU.), en un artículo complementario publicado en Science Translational Medicine.

Más allá de mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las vaginosis, la investigación ayuda a entender por qué algunas parejas son infértiles pese a que tanto el hombre como la mujer son fértiles. Según la hipótesis que adelantan Witkin y Ledger, la particular guerra de sexos que tiene lugar en la vagina entre la flora (que se defiende de los invasores) y el semen (que contiene moléculas inmunosupresoras para superar las defensas de la vagina) acaba en algunas parejas con la derrota de los espermatozoides. En estos casos, tanto el semen sería fértil con otra flora vaginal como la flora vaginal con otro semen. Si la hipótesis es correcta, se abriría la vía investigar cómo se puede modificar la flora vaginal para conseguir el embarazo deseado.


Fuente: La Vanguardia (Josep Corbella)
Leer más: http://www.lavanguardia.com/vida/20120502/54288307722/vagina-sorprende-cientificos.html#ixzz3BD2pd6oT

miércoles, 13 de agosto de 2014

Por qué no nos curamos



Un medico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre por qué las personas no se curan. Él solía pensar que todo el mundo quería ser sanado. Y llegó a la conclusión de que "La sanación es muy poco atractiva"

Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctima, y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar.

La curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía de los traumas y heridas del pasado. Dice que la única razón para alimentar y mantener vivo el pasado es a causa de la amargura de lo que pasó.

Negarse a perdonar un evento o a una persona del pasado produce fugas energéticas del cuerpo. El perdón sana estas filtraciones. El perdón no tiene nada que ver con no responsabilizar a otros por las heridas que causaron.

Tiene más que ver con "liberarnos de la percepción de víctima".

Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de la vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del cuerpo físico.

Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque han encontrado que suscita el apoyo de otros.

Las heridas se convierten en un medio de manipular y controlar a los demás.

Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede ser aterrador.

Es fácil mantenerse en un compás de espera, alegando que uno no sabe qué hacer, pero rara vez es cierto. Cuando estamos en un compás de espera, es porque sabemos exactamente lo que debemos hacer, pero estamos aterrorizados para actuar en consecuencia...

El cambio es alarmante, y la espera da sensación de seguridad, cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, sentirse vivo otra vez.

La sanación requiere acción.

Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, tomar el medicamento adecuado a través de las hierbas naturales, genera cambios saludables en el físico.

Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes o relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía del cuerpo.

Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía física y energética están inextricablemente unidas.

Incluso el proceso de morir, al que todos nos enfrentamos, puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas que son liberadas resolviendo asuntos pendientes con los seres queridos.

En definitiva:

EL CAMBIO VIENE DE APRENDER
A AMAR TODA SITUACIÓN EN TODO MOMENTO..
APRENDER A FLUIR...

SER AMOR EN ACCIÓN.

(Maria de los Ángeles Rodeiro)



miércoles, 6 de agosto de 2014

SI QUIERES CAMBIAR TU CUERPO, CAMBIA PRIMERO TU CONSCIENCIA



Si quieres cambiar tu cuerpo, cambia primero tu conciencia.

Nuestras células escuchan constantemente a nuestros pensamientos y se ven cambiadas por ellos.

Un ataque de depresión puede causar desastres en el sistema inmunológico; enamorarse puede fortalecerlo.

La desesperación y falta de esperanza aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos o contraer un cáncer, acortando así la vida.

El gozo y la satisfacción nos mantienen saludables y prolongan la vida.

Esto significa que no es posible trazar con certeza la línea entre biología y psicología.

El recuerdo de una tensión, que es sólo una brizna de pensamiento, libera el mismo torrente de hormonas destructivas que la tensión en sí.

Como la mente influye sobre todas las células del cuerpo, el envejecimiento humano es fluido y cambiante; puede acelerarse, demorarse, detenerse un tiempo y hasta revertirse.

Si uno se conociera tal como es, comprendería que es la fuente, el curso y la meta de toda la inteligencia fluyente.

Lo que las tradiciones religiosas del mundo llaman espíritu es la totalidad, la continuidad de la conciencia que supervisa todos los fragmentos y las piezas de la inteligencia.

Son los vacíos en el conocimiento de nosotros mismos los que nos hacen víctimas de la enfermedad, el envejecimiento y la muerte.

Perder la conciencia es perder inteligencia; perder inteligencia es perder el dominio sobre el producto final de ésta: el cuerpo humano.

Por lo tanto, la lección más valiosa que puede enseñarnos ese nuevo paradigma es ésta.

SI QUIERES CAMBIAR TU CUERPO, CAMBIA PRIMERO TU CONSCIENCIA.

(DEEPAK CHOPRA)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares