Escucha con tu corazón.
Cuando despiertes por la mañana, agradécele al Creador, a las cuatro direcciones, a la Madre Tierra, al Padre Cielo, y a todas nuestras relaciones, por la vida dentro de ti y por toda la vida a tu alrededor.
Recuerda que todas las cosas están conectadas. Todas las cosas tienen propósito. Considera rendir un “obsequio” distribuyendo tus posesiones a otros que están en necesidad. Estás atado a tus palabras, las cuales no pueden romperse a no ser con el permiso de aquellos a los que se les prometió. Busca armonía y equilibrio en todas las cosas. Siempre es importante recordar dónde estás en relación a todo lo demás y contribuir al Círculo de cualquier manera que puedas, siendo un “ayudante” y protector de la vida. Compartir es la mejor parte de recibir.
Ejerce silencio y paciencia en todas las cosas, como un reflejo de auto-control, resistencia, dignidad, reverencia, y calma interna. Ejerce modestia en todas las cosas, evitando fanfarroneo y comportamiento llamativo que atraiga atención hacia ti mismo. Conoce las cosas que contribuyen a tu bienestar, y aquellas cosas que conducen a tu destrucción. Siempre pide permiso, y da algo por todo lo que es recibido, incluyendo agradecer, y honrar todas las cosas vivientes.
Sé consciente de lo que está a tu alrededor, de lo que está dentro de ti, y siempre muestra respeto. Trata con respeto a cada persona, desde el niño más pequeño hasta el anciano más viejo. No mires fijamente a otros; baja tu mirada como una señal de respeto, especialmente en presencia de Ancianos, maestros, u otras personas honradas. Siempre da una señal de bienvenida cuando pase un amigo o un extraño. Nunca critiques o hables sobre alguien de una forma negativa perjudicial.
Nunca toques sin permiso algo que le pertenezca a alguien más. Respeta la privacidad de cada persona, asegurándote de nunca inmiscuirte en los momentos tranquilos o en el espacio personal de alguien. Nunca interfieras en los asuntos de otro haciendo preguntas u ofreciendo consejos. Nunca interrumpas a otros. En el hogar de otras personas, sigue sus costumbres más que las tuyas. Trata con respeto a todas las cosas sagradas de otros, ya sea si las entiendas o no.
Trata a la Tierra como tu madre; entrégale, protégela, hónrala; muestra profundo respeto por aquellos del mundo animal, mundo de las plantas, y mundo mineral. Escucha la orientación ofrecida por todo tu entorno; espera que esta orientación venga en forma de oración, sueños, soledad silenciosa, y en palabras y hechos de Ancianos sabios, y amigos. Escucha con tu corazón.
Aprende de tus experiencias, y siempre sé abierto a las nuevas. Siempre recuerda que una sonrisa es algo sagrado, para ser compartido. Vive cada día cuando llegue.
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