domingo, 9 de septiembre de 2012

El Qi



El Qi tiene por significado el Principio Vital o 
Aliento de Vida que da razón al existir de todos y cada uno de los seres vivos de nuestro planeta y del universo entero.
En cuanto al hombre se refiere, el Qi integra el conjunto del cuaternario inferior o los cuatro principios que son indispensables para la constitución del ser humano.
Estos cuatro principios son:
1. El cuerpo físico que es doble y está compuesto por el cuerpo denso o tridimensional y el doble etérico o cuerpo energético.
2. El cuerpo emocional, generador de deseos, devociones y sentimientos de amor.
3. El cuerpo mental, generador de pensamientos, registro de tiempos y acontecimientos y procesador de conocimientos.
4. El Qi, que se percibe como la vitalidad o fuerza de Vida que impregna todos los cuerpos del Hombre; siendo entonces el Qi, la Energía o Potencia Activa que produce todos los fenómenos vitales del ser.

Este Qi Individual, que es el aliento de Vida que sostiene los cuerpos del 
Hombre, es una minúscula porción, una infinitesimal parte de la Vida o del Aliento Universal.
El Qi de una persona, así como el retenido por cualquier otro ser viviente siempre será una parte del Qi Universal de la Vida Una. Es que la Vida es total, omniabarcante y omnipresente; es eterna e indestructible. Y la porción de esa Vida que es transitoriamente individualizada y asimilada a un hombre, se la designa como el Qi Personal.

Cada átomo ya sea que esté integrado a un cuerpo mineral, vegetal, animal o 
humano, retiene para sí una pequeña fracción del Qi Universal. Y cada molécula también lo hace.
De un tamaño mucho mayor, las células del cuerpo humano viven también gracias a la fuerza vital del Qi que almacenan. Así también lo hacen cada uno de los órganos vitales del cuerpo, los sistemas que lo integran y el cuerpo humano como una unidad es quien retiene la mayor porción de Qi, para lograr a lo largo de su vida los propósitos para los que fue creado.

Tanto el cuerpo denso, como el cuerpo energético, y los cuerpos emocional y 
mental, tienen una duración en el tiempo y mueren al írseles agotando el Qi que les brinda su soporte vital.
Suele así el hombre promedio perder su cuerpo físico luego de seis a ocho décadas de existencia, siempre que alguna enfermedad o accidente no le de un término anticipado a su vida.
Una vez muerto el cuerpo denso, en un plazo de 72 horas, seguirá el mismo destino el doble etérico o cuerpo de energía. El cuerpo emocional suele sobrevivir tres o cuatro décadas más y el cuerpo mental que es el más longevo lo sobrevivirá diez o quince años más aún. Se dice en ocultismo que una vida plena y larga, suele durar 144 años, de los cuales 91 corresponderían a la existencia en el cuerpo físico.

Lo cierto es que a la muerte sucesiva de estos cuatro cuerpos del Hombre, el Qi
 Personal va retornando al Qi Universal, o sea al Océano de Vida Cósmica del cual oportunamente se había separado.
Vale decir, a la muerte del cuerpo denso, retorna el Qi denso al Qi Universal; horas después, con la desaparición del doble etérico o cuerpo energético, se reintegra el Qi de energía a la gran reserva universal.Años después, cuando sea el tiempo de la desaparición final del cuerpo astral o cuerpo emocional, ese Qi retenido volverá a unirse con el aspecto astral del Qi Universal, y finalmente, en forma similar el Qi mental se integrará al aspecto mental del Qi Universal, cerrándose un ciclo de separatividad de ciertos aspectos de la Vida Una que vuelve a reintegrarse como tal.

Claro está que el hombre puede durante su vida física, obtener más cantidad 
y calidad de vida si cuida su Qi, lo rearmoniza y lo vitaliza.
Para ello puede buscar apoyo en el Qi de los cuatro reinos:
1. El Qi concentrado de los cristales del reino mineral.
2. El Qi que aporta la botánica naturista a través de las esencias del reino vegetal.
3. El Qi de ciertos concentrados del reino animal, la mayoría de los cuales provienen de la labor de las abejas y de la colmena.
4. El Qi que el hombre puede convocar directamente a través del manejo adecuado de los signos Rei-KI, de los mudras dinámicos del Tai-Chi y Chi Kung, y de otros medios similares.

Todos los universos, sus galaxias, soles, planetas, seres vivientes, moléculas, 
átomos y todo cuanto existe, está inmerso en el Océano de Vida que es Eterna, Infinita y por tanto incapaz de incremento o disminución alguno.
Hay pues vida en un planeta, en una estrella y en el vacío estelar que no es tal por cierto pues en él habitan casi trescientos átomos de helio y de hidrógeno por centímetro cúbico.
Y cada ser, ya sea del tamaño de una molécula o de un hombre o un universo, se apropia para sí una parte de esa Vida o Qi Universal. 
Imaginemos una esponja viva e inmersa en el océano, una minúscula parte del agua oceánica la envuelve, la
impregna y llena todos sus poros, circulando por su interior. Completemos el símil considerando todo el océano que rodea la esponja como manteniéndose fuera de ella y el Qi personal como la pequeña parte del océano que la esponja ha absorbido apropiándosela. Si quito la esponja del agua, la perderá hasta secarse, ello es muerte para la esponja al volver su agua a las aguas primordiales, al Qi Uno y Único.

(de "El Libro del Ki", de la Fundación Tian-How-Ren-Ki)



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