jueves, 25 de octubre de 2012

SOÑAMOS SEGÚN ESTÉ NUESTRA ENERGÍA.

Según el “Canon de la Medicina Interna del Emperador Amarillo” soñamos según está nuestra energía.

 
Antiguamente, en China, se hablaba del dulce país de los sueños o del palacio de los sueños. En China, existe una distinción entre el País donde se duerme (Shui Xiang), y el País donde se sueña (Shui Meng Xiang). Pero también existe el País donde se produce el ensueño despierto (Meng Xiang), ya que el sueño como tal se produce durante el dormir. En la gran tradición china, la inmensa mayoría de los descubrimientos son atribuidos a un individuo poco común que efectúa ese ensueño despierto: Arquímedes descubre su famoso teorema mientras se está bañando, y Newton descubre la gravedad mientras se apresta a dormir la siesta bajo un manzano. Entre los chinos, el descubrimiento aparece como un ensueño despierto o un sueño propiamente dicho.

El sueño representa aún esa parte de misterio que está en cada uno de nosotros, cuya clave muchos quisieran conocer. De acuerdo a las palabras de Albert Einstein: “El más bello sentimiento que se pueda tener es el sentido del misterio. Es la fuente de todo verdadero arte, de toda verdadera ciencia. A aquel que nunca ha conocido esta emoción, que no posee el don de maravillarse, más le valiera estar muerto. Sus ojos y su corazón están cerrados”.

Hace ya miles de años, el Emperador Amarillo le preguntó a su médico acerca de las causas de los sueños. El muy sabio Qiba le respondió:

“Cuando la energía perturbadora altera al ser humano, no se localiza en un punto fijo sino que circula con la energía vital. Entonces, el espíritu se trastorna. Cuando el exterior del cuerpo está en plenitud, el interior está vacío. Si esta energía perturbadora penetra en los órganos, el interior entonces estará en plenitud, y el exterior, vacío. Esto puede provocar distintos sueños…”

Veamos cuáles son esos sueños en función del movimiento de esas energías.

“Si la energía Yin de los órganos está en plenitud, soñamos que atravesamos el mar y tenemos miedo.

Si la energía Yang está en plenitud, soñamos entonces con incendios y estamos enojados. Si ambas energías están en plenitud, soñamos con batallas y nos ponemos violentos. Si la parte superior del cuerpo está en plenitud, soñamos que volamos, mientras que si es la parte inferior, soñamos que nos caemos”.

Cuando el hígado está en plenitud, soñamos que estamos enojados.
Cuando los pulmones están en plenitud, soñamos que tenemos miedo, que lloramos o que volamos.
Cuando el corazón está en plenitud, soñamos con risas.
Si el bazo está en plenitud, soñamos que estamos contentos, cantamos y el cuerpo pesa. 
Cuando los riñones están en plenitud, nos desprendemos del cuerpo.

Pero también es posible que la energía trastornada se estanque:
“En este caso, cuando el corazón está vacío, soñamos con montañas, fuego y humo.
Si el hígado está vacío, soñamos con bosques.
Si el bazo está vacío, soñamos con abismos y tormentas en la montaña.
Soñamos que nos ahogamos cuando los riñones están vacíos, y con viajes cuando se trata de la vesícula.
Si el estómago está vacío, soñamos con buenas comidas; si el intestino grueso está vacío, soñamos con cantos; si se trata del intestino delgado, nos encontramos en una gran ciudad. Cuando se trata de la vesícula biliar, soñamos que nos peleamos o que estamos en un proceso judicial”

La postura en la que dormimos también tiene mucho que ver con el recuperar nuestra salud energética así este tratado nos dice:
Si está acostado de cara al cielo y la espalda en el suelo, “adosado al Yin y abrazando el Yang”, la energía del Cielo (“Gran Yang”) desciende y se concentra entonces sobre la cara (“Pequeño Yin”) mientras que la energía de la Tierra (“Gran Yin”) sube y se manifiesta sobre la espalda (“Pequeño Yang”). El cuerpo energético entonces es recargado como un acumulador.
Si, en cambio, está acostado de cara hacia la tierra y la espalda al cielo, “abrazando el Yin y adosándose al Yang”, sus energías perturbadas retornan al Cielo y a la Tierra… El “pequeño Yin” (cara) se encuentra con el “Gran Yin” (Tierra), mientras que el “Pequeño Yang” (espalda) se encuentra con el “Gran Yang” (Cielo). El cuerpo energético es entonces limpiado en profundidad.
(Canon de la Medicina Interna del Emperador Amarillo, capítulo 43)

Así podemos ver cómo todo influye en nuestro estado de bienestar o malestar la influencia del Yin y del Yang. Al igual sucede con otros elementos como el frío, el calor, la humedad, las tormentas, las mareas, el electromagnetismo… en realidad nuestros cuerpos están perceptivos a toda influencia externa y por lo tanto incide en nuestros sueños y en nuestra salud.


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