Necesitaremos los siguientes ingredientes:
Caolín: El caolín es una arcilla blanca muy suave y fina, descubierta en una región de China que lleva su nombre y que se utiliza, entre otras cosas, para la fabricación de la porcelana. Como toda arcilla tiene la capacidad de absorber impurezas, posee un alto poder desintoxicante, antibacteriano y cicatrizante.Recordemos, a la hora de ponernos manos a la obra, que no es conveniente que la arcilla entre en contacto con ningún elemento de metal pues perdería parte de sus fantásticas propiedades.
Aceite de sésamo: Este utilizadísimo aceite en la tradición ayurvédica tanto en masaje, gastronomía o con fines medicinales, realiza una labor desintoxicante a nivel de la boca, ayudando a proteger las encías, aparte de que aporta consistencia y suavidad a la mezcla.
Glicerina: Este ingrediente aporta consistencia, suavidad y permitirá que la mezcla resultante se mantenga joven durante más tiempo manteniendo su humedad.
Infusión concentrada de hojas de Salvia: La salvia es una planta de origen mediterráneo con claras virtudes antiinflamatorias y desinfectantes a nivel de los tejidos que recubren la cavidad bucal. Tradicionalmente se han utilizado hojas frescas de salvia como remedio para limpiar y blanquear los dientes, además de fortalecer las encías y refrescar el aliento. Basta con frotar los dientes con las hojitas frescas de esta olorosa planta.
Aceite esencial de clavo: Se sabe que el uso del clavo para las afecciones bucales viene de antiguo. Por ejemplo, está documentado que en el siglo III antes de nuestra era los oficiales del ejército chino utilizaban esta especia para combatir el mal olor de boca sobre todo cuando debían presentarse frente al emperador. El aceite esencial de clavo es altamente antiséptico, calma el dolor y es ligeramente anestésico.
En las siguientes proporciones:
1,5 taza de arcilla blanca caolín
¼ taza de glicerina
2-3 cucharadas de infusión concentrada de hojas de salvia
5-10 gotas aceite esencial de clavo
1 cucharada de aceite de sésamo
Y preparar de esta manera:
Mezclar la infusión de hierbas con la glicerina, luego echar sobre la arcilla. Para terminar añadimos el aceite de sésamo y el aceite esencial. Removemos con gusto y amor y ¡listo!
Tanto la infusión de hierbas como el aceite esencial pueden ser sustituidos por otros que sean de nuestro mayor agrado. Por ejemplo, podemos utilizar aceite esencial de menta o eucalipto que resultan muy refrescantes y la infusión salvia reemplazarla por infusión de tomillo, romero, orégano u otra planta que responda de manera más adecuada a nuestras necesidades y gustos.
Mayte Cedeño . Naturópata, Kinesióloga y Terapeuta Floral. Profesora de IEN.
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Caolín: El caolín es una arcilla blanca muy suave y fina, descubierta en una región de China que lleva su nombre y que se utiliza, entre otras cosas, para la fabricación de la porcelana. Como toda arcilla tiene la capacidad de absorber impurezas, posee un alto poder desintoxicante, antibacteriano y cicatrizante.Recordemos, a la hora de ponernos manos a la obra, que no es conveniente que la arcilla entre en contacto con ningún elemento de metal pues perdería parte de sus fantásticas propiedades.
Aceite de sésamo: Este utilizadísimo aceite en la tradición ayurvédica tanto en masaje, gastronomía o con fines medicinales, realiza una labor desintoxicante a nivel de la boca, ayudando a proteger las encías, aparte de que aporta consistencia y suavidad a la mezcla.
Glicerina: Este ingrediente aporta consistencia, suavidad y permitirá que la mezcla resultante se mantenga joven durante más tiempo manteniendo su humedad.
Infusión concentrada de hojas de Salvia: La salvia es una planta de origen mediterráneo con claras virtudes antiinflamatorias y desinfectantes a nivel de los tejidos que recubren la cavidad bucal. Tradicionalmente se han utilizado hojas frescas de salvia como remedio para limpiar y blanquear los dientes, además de fortalecer las encías y refrescar el aliento. Basta con frotar los dientes con las hojitas frescas de esta olorosa planta.
Aceite esencial de clavo: Se sabe que el uso del clavo para las afecciones bucales viene de antiguo. Por ejemplo, está documentado que en el siglo III antes de nuestra era los oficiales del ejército chino utilizaban esta especia para combatir el mal olor de boca sobre todo cuando debían presentarse frente al emperador. El aceite esencial de clavo es altamente antiséptico, calma el dolor y es ligeramente anestésico.
En las siguientes proporciones:
1,5 taza de arcilla blanca caolín
¼ taza de glicerina
2-3 cucharadas de infusión concentrada de hojas de salvia
5-10 gotas aceite esencial de clavo
1 cucharada de aceite de sésamo
Y preparar de esta manera:
Mezclar la infusión de hierbas con la glicerina, luego echar sobre la arcilla. Para terminar añadimos el aceite de sésamo y el aceite esencial. Removemos con gusto y amor y ¡listo!
Tanto la infusión de hierbas como el aceite esencial pueden ser sustituidos por otros que sean de nuestro mayor agrado. Por ejemplo, podemos utilizar aceite esencial de menta o eucalipto que resultan muy refrescantes y la infusión salvia reemplazarla por infusión de tomillo, romero, orégano u otra planta que responda de manera más adecuada a nuestras necesidades y gustos.
Mayte Cedeño . Naturópata, Kinesióloga y Terapeuta Floral. Profesora de IEN.
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