lunes, 26 de mayo de 2014

SABIDURÍA DE ANCIANA


"Mira, mija, pa´que dejes de andar quejándote, te voy a dar unas cuantas sugerencias pa' que vivas bien, y no nomás sobrevivas...
¡Mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo!

1.- Agradece por todo.
No te quejes, dale gracias a Dios que estás, que sigues, y que vives, nomás piensa que a otra bola de gente ya se la llevó...¡la vida!

2.- Cuando puedas comer... come, cuando puedas dormir... duerme, cuando puedas disfrutar... disfruta, cuando puedas trabajar ....trabaja, y si aún puedes, échate unos traguitos, juega con los hijos, haz el amor o ponte a silbar, a cantar en la ducha, y dá gracias a Dios porque tienes Salud.
No te la pases quejando,
¡¡ayyy si hubieraaaa!, ¡¡ayyy les di! ...¡ayyy si tuviera... ¡cuánto sacrificio!, ¡no m'ijita, altas y bajas siempre han habido y siempre habrán!

3.- Si en la noche no puedes dormir, sí estás vuelta y vuelta en la cama, pos' párate y ponte a hacer algo, arregla un cajón, plancha tu blusa pa mañana, ponte a leer, porque si te quedas acostada con los ojos abiertos... ¡vas pensar puras huevadas!
Y lo pior es que te paras y las haces...
Ya de por sí......

4.- Los problemas grandotes, esos que son del mundo, y que se oyen en la televisión, que sí se está calentando el planeta, que sí a tal país ya se le llevaron los dineros, que si los narcos..... ¿esos mija?, mándalos a la m........ ¡¡no los vas a arreglar tú!
Luego ni les entiendes, ¡no te hagas bolas!
Deja que los que pueden, los arreglen.
Pero tú... ocúpate de los que se ven más chiquitos, esos que sí están en tus manos.
Despabílate, aunque sea a ratos, atiende esos, los demás ¡¡a la p…. madre!!

5.- Si te dan... agarra todo lo que te den.
Agárralo, aprovéchalo, así sea un beso o una pendejadita, porque uno vive pensando, que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan...
¡así que tú agarra y no te acorbades!

6.- ¡Ahhh! pero eso si..
¡No agarres lo que no es tuyo¡
ni la bicicleta, ni la bolsa, ni el dinero, ni al marido o amante de otra, lo ajeno respétalo, es de otra, cada quien tiene lo suyo, ¡lo que se gana y lo que se merece!

7.- Lo que hagas  hazlo con ganas, con muchas ganas y mucho gusto, y hazlo bien o no lo hagas y déjate de pendejadas, olvídate de las envidias.
tú ...a lo tuyo porque no sabes cuánto vales...

8.- Cuídate de las cabronas y aléjate de las pendejas, fíjate bien como son ....porque ¡¡hay malvadas!,
conócelas y nunca seas como ellas..

Ayuda y escucha a tus amigas,
no hables mal de la gente, ní de las cabronas, ni de las pendejas,
sé orgullosa, pero no seas arrogante ni prepotente.

Sé humilde, no agachada;
sé valiente, no imprudente.
Cuando ganes, sonríe, cuando pierdas, no armes un escandalo, y si te dá la gana... llora.

9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar, cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están en la cárcel, enfermas de la cabeza, o guardadas en un hospital, asustadas e inseguras, o tienen un marido pendejo, no son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya.

Tú tienes algo más valioso que es ....tu gente y tu salud.

10.- Manda a la mierda la Muerte,
que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar,
y no seas tú la que se preocupe porque ya te va a llevar!

¿Así ?, ¿o más claro?

Y, por último, mijita, si la vida te dá limones ...
¡¡ Qué limonada, ni qué mierda!!
TU PIDE TEQUILA Y SAL''
(Desconozco el/la autor@)



viernes, 23 de mayo de 2014

Los ricos mueren por exceso de atención médica

Juan Gérvas, doctor en Medicina; nos advierte de los peligros de la medicina preventiva. 07/02/2013:

"64 años. Extremeño. Vivo en Madrid. Casado con otra doctora; 4 hijos y 8 nietos. 
Jubilado, he sido profesor de las universidades de Valladolid, Autónoma de Madrid y Johns Hopkins, y me dedico a la docencia. Somos más que la suma de músculos y huesos. El cerebro nos supera."

Matrimonio de médicos bien avenido, Mercedes Pérez y Juan Gérvas firman un libro, Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias) -Los Libros del Lince-, que recoge lo mejor del conocimiento científico y de su propia experiencia clínica para advertirnos de los efectos secundarios del exceso de medicación, tratamientos, vacunas, chequeos... "Hay que ser prudentes frente a los talibanes de la prevención". Un libro que lleva a replantearse la salud y la enfermedad.

Fueron miembros destacados del movimiento de médicos contra la vacuna de la gripe A en España y que en otros países provocó más efectos nocivos que beneficiosos, y tienen un blog muy activo.

La actividad del sistema sanitario, ¿la tercera causa de muerte?
Sí, en EE.UU. causa 225.000 muertes anuales. En España los medicamentos tienen unos 19 millones anuales de efectos adversos y provocan la muerte a 6.500 pacientes.
También se ha demostrado (Israel) que cuando los médicos hacen huelga las muertes disminuyen un 45%. Y mis afirmaciones se basan en estudios científicos fiables.

¿No siempre es mejor prevenir?
Los daños de la prevención se perciben a largo plazo. Hoy sabemos que por ejemplo la terapia hormonal sustitutiva para eliminar los síntomas de la menopausia, utilizada por millones de mujeres, provoca infartos, embolias y cáncer de mama (55.000 nuevos casos en el Reino Unido).
Ahora se lleva el diagnóstico precoz.
Hoy se diagnostica antes y más, pero la mortalidad es la misma. El diagnóstico precoz no mejora el diagnóstico de muerte.


¿Entonces?
Produce algo terrible: hordas de supervivientes, por ejemplo de cáncer, que viven más tiempo con el diagnóstico pero no viven más.
La autoexploración de mama no disminuye la mortalidad, pero duplica las biopsias.
El cáncer de cuello de útero no disminuye por hacer citologías, pero se siguen haciendo diez millones de citologías al año en España. Si quiere disminuir el cáncer de cuello de útero, céntrese en la población marginada.


¿Y el cáncer de próstata?
Si quiere reducirlo, no haga el cribado de cáncer de próstata en personas que no tengan síntomas. Hay muchísimos cánceres inofensivos, histológicos, que se diagnostican y se tratan en nombre de la prevención.
¿Desaparecen solos?
Sí, o se quedan tranquilos. Y no son tumores pequeños, el de próstata puede representar el 60%, y el de mama el 47%, pero se quita el pecho, se hace radioterapia, quimioterapia, y la vida de esa mujer girará alrededor de un cáncer que nunca la habría matado.
Entonces, ¿qué hacemos?
Disminuirían muchos cánceres haciendo menos radiología y controlando los tóxicos industriales. Pero en este complejo mundo de intereses, deseos y expectativas cuajan propuestas de prevención imposible, de intervenciones sin justificación que dañan a la población con pruebas diagnósticas y los tratamientos consecuentes.

¿Por qué remiten solos?
Normalmente, los que remiten solos no dan síntomas ni molestias, somos nosotros los que los descubrimos. En el diagnóstico precoz no se parte de población con síntomas.
¿Qué me dice de las vacunas?
Hay vacunas necesarias, pero otras como las de la gripe, el virus del papiloma humano, el neumococo, el rotavirus o la varicela son puro negocio.
Domina el discurso intolerante contra los antivacunas, y cualquier brote epidémico se interpreta como consecuencia de su actitud. 
Ello es más intenso en una sociedad como la española, en la que los expertos en vacunas y los grupos financiados por la industria se multiplican sin cesar, se mantiene la verticalidad de las decisiones vacunales, se explota el miedo a la vulnerabilidad y se demuestra escaso o nulo interés por las valoraciones críticas de vacunados (y de sus responsables legales) y profesionales.
¿La vacuna de la gripe no es efectiva?
Durante la pandemia de la gripe A vacunaron a la población sueca (el beneficio teórico era 50 muertos menos) y produjeron 200 casos de narcolepsia en adolescentes.
Lavarse las manos disminuye mucho la transmisión de la gripe, y el 40% de los médicos y enfermeras no lo hace. Pero la vacuna de la gripe no disminuye el contagio ni las muertes, no es eficaz en personas sanas ni en personas mayores de 65 años, lo ha publicado la revista The Lancet. 
A la gente mayor la atiborran de pastillas, como si ser viejo fuera una enfermedad, y eso le resta calidad de vida y a menudo la mata.

¿Y la epidemia de colesterol?
Su nivel de colesterol no tiene nada que ver con su pronóstico respecto a las probabilidades de tener infarto de miocardio, y la mayoría de dichos infartos se dan en personas con colesterol normal o bajo. Además, los tratamientos para bajar el colesterol sólo son eficaces en las personas que ya tienen problemas coronarios, en todos los demás casos el tratamiento es inútil y perjudicial.
No se mida el colesterol, sea feliz, porque ser feliz y optimista añade ocho años de vida. 
Y practique la dieta mediterránea, que no consiste en tomar aceite de oliva a cucharadas, sino en poner un mantel, cubiertos y tener compañía: no coma delante del televisor. Y si está embarazada, disfrute.
¿Demasiadas ecografías?
Sí, y no están justificadas, ni los suplementos rutinarios de hierro y yodo. Estados Unidos, que es el país más intervencionista y el que más dinero gasta en la atención al parto, ha triplicando su mortalidad.
¿Se muere por exceso de atención?
Sí, los pobres mueren por carencia de atención y los ricos por exceso. Un tac son 750 radiografías en un adulto y el doble en un niño. La radiación que recibió la población en Japón en la Segunda Guerra Mundial equivale a cinco tacs. ¡Ojo con los chequeos!
¿Y las vitaminas?
En los países ricos, los complementos vitamínicos son como mínimo inútiles y en muchos casos perjudiciales.

En la sociedad occidental hemos conseguido vivir más, pero ¿vivimos mejor?
El aumento de la expectativa de vida se debe fundamentalmente a factores no sanitarios. Es decir, hace más por la salud tener trabajo, o que haya maestros o que tengamos agua depurada y provisión de alimentos, que el propio sistema sanitario. Es innegable que tiene un papel importante a la hora de resolver algunos problemas concretos, como solucionar una simple apendicitis o la ceguera provocada por unas cataratas, el problema aparece cuando el sistema sanitario se introduce mucho, porque surge el miedo -que puede llegar a ser pavoroso- a perder la salud. Ese temor procuramos paliarlo a base de pruebas inútiles, medicamentos continuos, etc, por tanto algo que hemos logrado entre todos que es la prolongación de la vida a base de mejorar la sociedad, lo perdemos inútilmente y con un gran coste.

¿Existe "una salud perfecta"?
No, nadie cumple los cánones de belleza y salud. Hemos de ser conscientes de nuestra singularidad, reconocer y aceptar nuestros puntos débiles. Por ejemplo, hay personas que reaccionan a los problemas e inconvenientes de la vida con dolor de estómago, o con asma y ahogo; otros con diarrea, o cefalea, o mareos y vértigos, o dolor de espalda. Son variaciones de la normalidad que no deberían llevarnos a consultar con el médico. Y somos nosotros, no los médicos, quienes definimos la normalidad. Cabe estar sano siendo muy diferente al ideal perfecto y absurdo de la sociedad y del tiempo que nos ha tocado vivir.
El apetito insaciable de servicios sanitarios (preventivos y curativos) por pacientes y poblaciones tiene un precio, no sólo monetario, pues la actividad del sistema sanitario termina siendo la tercera causa de muerte, como se ha demostrado en Estados Unidos, donde causa unos 225.000 muertos anuales. En España, y sólo respecto a los medicamentos, se calculan unos 19 millones anuales de efectos adversos, de los que un millón son graves y en el 0,65% mortales; es decir, provocan la muerte a unos 6.500 pacientes. En el mundo, se ha demostrado que las huelgas de médicos se asocian al descenso de la mortalidad general de hasta el 45%.

En tiempos en que se precisa de una medicina personalizada, de una medicina centrada en la persona para responder con ciencia y humanidad a la singularidad de pacientes cada vez más complejos, la respuesta que se ofrece es la de la genomancia, la genética pronóstica y la farmacología personalizada. Es decir, más biología, más prevención y más tecnología sin ciencia y con olvido de los determinantes ambientales y sociales. El predominio del diagnóstico y del tratamiento biológico, y de su tecnología, olvida que la calidad científica médica incluye la calidad humana, además de la técnica.


viernes, 16 de mayo de 2014

Purifique su cuerpo... ¡con carbón!


"Cuando era pequeño, cada vez que nos hacíamos alguna herida o teníamos cualquier problemilla de salud utilizábamos algún "remedio de la abuela". Según nos decían, formaban parte de las tradiciones familiares heredadas y su eficacia había sido probada generación tras generación: aceite de hígado de bacalao para fortalecer a los niños enclenques, pomada de ajo para las verrugas, nata para las quemaduras, vinagre de sidra para los picores...

Con la llegada de los medicamentos químicos de eficacia "científicamente probada" y "reconocida por la comunidad médica", los remedios naturales empezaron a ser cada vez menos habituales. En algunas familias incluso llegaron a desaparecer.

La mayoría de nosotros ya no sabemos qué hacer, por ejemplo, en caso de intoxicación o envenenamiento. Y, sin embargo, existen unos gestos sencillos que podemos realizar en caso de emergencia (o incluso de manera preventiva una o dos veces al año), para librar al intestino de enormes cantidades de sustancias tóxicas (contaminación, metales pesados, medicamentos o bisfenol A) que se van acumulando en él. Estos gestos pueden también salvar vidas en caso de catástrofes sanitarias (epidemias bacterianas o nuevos virus hiperresistentes) o incluso intoxicaciones alimentarias o farmacológicas, cada vez más comunes.

Y uno de estos gestos consiste sencillamente en tomar carbón vegetal activado, el purificador más potente que se conoce a día de hoy.

Historia del carbón vegetal: ciencia y magia negra

Al hablar de carbón, instintivamente pensamos en minas, locomotoras de vapor o cocinas de carbón. Pero este "carbón" es en realidad hulla, un hidrocarburo sólido parecido al petróleo.

El "carbón" al que yo me refiero no tiene nada que ver con la hulla. Se trata de un producto vegetal, cuyas virtudes terapéuticas son numerosas y se utiliza desde tiempos inmemoriales.

El Papiro Ebers, uno de los tratados médicos más antiguos que han llegado hasta nuestros días y que data del año 1550 a.C., ya cita el carbón como una de las sustancias del reino vegetal que servían para sanar. Pero no es hasta el siglo XIX, en Francia, cuando se prueban las virtudes terapéuticas del carbón vegetal desde el punto de vista científico.

En 1813, un químico francés llamado Bertrand, que llevaba años trabajando con el arsénico, demostró las excepcionales propiedades de absorción del carbón. Durante una exhibición pública, este renombrado químico se tragó sin inmutarse una cucharada de trióxido de arsénico, una dosis más que suficiente como para acabar en el acto con decenas de personas.

Los asombrados espectadores creyeron que el pobre profesor Bertrand había perdido la cabeza y un pánico aterrador se extendió entre la multitud. Tras unos minutos de llamada a la calma, el profesor Bertrand continuó tranquilamente su presentación sin experimentar ningún efecto producido por este veneno mortal. Desveló su secreto un poco más tarde. Durante sus investigaciones, había descubierto que el carbón vegetal era un antídoto universal capaz de aspirar todo tipo de venenos. Tan sólo había tenido que añadir un poco de carbón vegetal en polvo al arsénico para neutralizar por completo sus efectos.

En 1831, un farmacéutico llevó a cabo el mismo truco de prestidigitación científica ante la Academia francesa de medicina ingiriendo una dosis 10 veces mayor a la dosis mortal de estricnina, que cuidadosamente había rociado de polvo de carbón vegetal.

Durante años, el carbón se ha utilizado en numerosos campos (limpieza de quirófanos, para purificar el agua...) y muy a menudo ha tenido un uso terapéutico tradicional en el seno de familias que ya conocían sus virtudes y sabían qué hacer con él.

Pero mientras que sus beneficios terapéuticos parecían ir cayendo poco a poco en el olvido, el carbón vegetal ha conocido todo un resurgimiento en los últimos diez años. Ha sido objeto de cientos de artículos y decenas de miles de referencias científicas en todo el mundo. Todos estos estudios han confirmado que el carbón activado adsorbe (se trata de la cualidad física por la cual un cuerpo atrae y retiene en su superficie moléculas de otro cuerpo; no confundir con absorber) en el intestino toda clase de venenos y toxinas bacterianas mejor que ninguna otra sustancia.

Se trata, sin lugar a dudas, del descontaminante más eficaz y menos caro. Resulta particularmente útil para los tratamientos de desintoxicación de metales pesados, si bien su uso va mucho más allá del tratamiento en caso de intoxicaciones graves. Así, puede ser extremadamente útil y eficaz en numerosas situaciones de la vida cotidiana y puede, en algunos casos, evitar tragedias.
Un producto esencial en su botiquín

Para obtener carbón vegetal activado es necesario seguir primero un proceso de carbonización y después uno de activación.

El proceso de carbonización consiste en calentar madera o turba a una temperatura de entre 600ºC y 900ºC, a cubierto, lo que además garantiza la ausencia de contaminación ligada a su fabricación. A continuación se aplasta la materia carbonizada hasta convertirla en pequeñas partículas o polvo, para ser de nuevo calcinada a una temperatura de entre 700ºC y 1.100ºC, y sometida a vapores de agua, aire y gases oxidantes.

Este proceso de activación permite que aparezcan microporos capaces de adsorber, es decir, encerrar y después expulsar de nuestro cuerpo, todas las sustancias extrañas que invaden el organismo, sobrecargan los órganos vitales (riñones, hígado, intestinos) e impiden su normal funcionamiento.

El carbón vegetal actúa como un purificador. Su eficacia en situaciones de emergencia es incuestionable (intoxicaciones graves, envenenamientos, picaduras de insectos, mordeduras de serpientes, arañas, garrapatas...) y ése sigue siendo su principal uso en los hospitales, que recurren a él cuando los medicamentos ya no funcionan. Pero este sencillo y natural producto también puede ser eficaz para tratar esas pequeñas molestias del día a día.

Aquí tiene una lista, no exhaustiva, de todas las indicaciones terapéuticas del carbón vegetal que han sido validadas científicamente:

Intoxicaciones farmacológicas o alimentarias.

Problemas digestivos: mal aliento (halitosis), hipo crónico, dolores abdominales, flatulencias, diarreas...

Problemas del hígado: colesterol, triglicéridos.

Mordeduras de serpiente o picaduras de insectos.

Problemas de otorrinolaringología e higiene dental.
Hay quien recomienda la utilización de carbón activado para la desintoxicación de metales pesados. Pero hay que tener en cuenta que los metales pesados que han penetrado tiempo atrás en el organismo quedan atrapados en las grasas corporales, a los que no puede acceder el carbón vegetal, que no pasa a la sangre. En cambio, cumple con su efecto purificador de las sustancias químicas que ingerimos a diario y que quedan en el intestino. Por eso es importante utilizar el carbón vegetal como cura para desintoxicar regularmente el organismo.
Cómo utilizar el carbón vegetal activado

En mi familia utilizamos el carbón entre 3 y 4 veces al año para purificar las sustancias nocivas que acabamos ingiriendo aunque tomemos todas las precauciones posibles.

El protocolo para un tratamiento de drenaje es el siguiente:

2 cucharadas de carbón diluidas en medio vaso de agua durante 15 días en cada comida, y después 3 cucharadas al día durante el siguiente mes si queremos drenar más profundamente las células del organismo.

Para los niños, en lugar de cucharadas se pueden utilizar cucharaditas y es suficiente con seguir el tratamiento durante 15 días.

Para aquellos a los que les cuesta trabajo beber carbón de un vaso o quieren evitar ensuciarse los dientes, utilice una pajita (aunque la mancha negra desaparece con sólo enjuagarse la boca).
Y aquí tiene algunas recetas familiares que le permitirán evitar dolores y molestias:

Diarrea del viajero y otras intoxicaciones alimentarias:

2 cucharadas de carbón activado en polvo en un vaso de agua fría cada 4 u 8 horas, hasta que la diarrea esté controlada.
Picadura de abeja:

Para un alivio inmediato: mezclar una cucharada pequeña de carbón con un poco de agua hasta obtener una pasta y aplicarla directamente sobre la picadura. Si continúa el dolor, aplicar el producto en una compresa.

Para picaduras múltiples: verter dos vasos grandes de carbón en polvo en una bañera para que se sumerja allí la persona afectada durante unos treinta minutos.
Picadura de hormiga o de mosquito:

Humedecer un trozo de gasa y rociar carbón con una cucharilla hasta que la gasa se vuelva negra y aplicarla entonces sobre la picadura.
Picadura de araña o de garrapata:

Aplicar rápidamente una compresa o meter a la persona afectada en una bañera de agua con carbón.

Cambiar la compresa frecuentemente, cada media hora durante las 8 primeras horas y después cada 2 horas.

Espaciar la aplicación de compresas entre 2 y 8 horas hasta la completa recuperación.
El principio siempre es el mismo: el carbón adsorbe las toxinas, venenos y hasta bacterias que nos podrían invadir (sobre todo en el caso de las garrapatas). El carbón vegetal activado puede adquirirse en forma de cápsulas, polvo o comprimidos en farmacias, parafarmacias y tiendas de productos naturales. Mi preferido ha sido siempre el carbón en polvo por sus múltiples posibilidades de uso.

No me quiero despedir sin antes comentar que algunos lectores han contactado con nosotros planteando sus dudas y preguntas en relación al texto de Tener S@lud que envié la semana pasada sobre el consumo de carne roja y su posible relación con la enfermedad de Crohn. Algunos de ellos aseguraban que se trata de una enfermedad genética en la que la alimentación no juega ningún papel.

Agradezco a todos los lectores que se hayan dirigido a nosotros y, como es un asunto importante (sobre todo pensando en las miles de personas que sufren la enfermedad) me parece necesario aclarar que, a día de hoy, no hay estudios concluyentes en cuanto al origen de la enfermedad de Crohn, que sigue siendo desconocido. Por lo tanto, el posible origen autoinmune y/o genético está aun por demostrar, pues hay una sospecha, pero no una demostración científica.

De hecho, algunos estudios apuntan a que dado que la incidencia de la enfermedad es mayor en los países industrializados, sería probable que la dieta que se hace en estas zonas pudieran intervenir como desencadenante de la respuesta inmunitaria intestinal que conlleve a la inflamación intestinal crónica.

La alimentación es compleja para un paciente con un Crohn. En la mayoría de las guías dietéticas se asegura que aunque la carne roja no provoca el Crohn su consumo puede precipitar las crisis y, por tanto, se desaconseja su consumo. Como en la enfermedad hay una pérdida sustancial de proteínas se recomienda que éstas se obtengan a partir de carnes blancas, de pollo y pavo, pescados, leche y huevos. No hay que perder de vista que la alimentación tiene una poderosísima influencia en nuestra salud. Dado el interés que ha suscitado este asunto, me comprometo a tratarlo en un próximo Tener S@lud.

¡A su salud!"

Juan-M Dupuis (Tener Salud)


domingo, 4 de mayo de 2014

El extraño mundo del Sr. Sheldrake



Cuando un árbol es cortado en pequeños gajos, cada gajo puede volverse un nuevo árbol. ¿Se encuentra el secreto del fenómeno en el ADN, o es posible otra explicación?

“El ADN codifica las proteínas. No obstante, existe una gran diferencia entre codificar la estructura de una proteína y programar el desarrollo de un organismo entero. Es la diferencia entre fabricar ladrillos y construir una casa con esos ladrillos”, dice Sheldrake. (Steven Hunt/GettyImages)

“El universo es más como un organismo que como una máquina”.

Mientras un ejército de científicos y genetistas se desvela en la carrera por resolver los últimos misterios del ADN, un controvertido biólogo británico explica, sin prisa pero seguro, cómo es que nuestra anatomía y pensamientos se encuentran relacionados con el universo mediante fuerzas místicas e imperceptibles.

Al contrario de lo que la biología mecanicista expone, el biólogo Sheldrake cree que los genes no representan el punto determinante a la hora de dar forma a los seres vivos. Al igual que una semilla no contiene árboles microscópicos en su interior, el autor de A NewScience of Life sostiene que los genes no son capaces de contener la información necesaria para moldear una anatomía vegetal, animalo humana.

Pero, para comenzar a comprender las locas ideas de Rupert Sheldrake, tal vez sea necesario situarse en el principio mismo de la cuestión: el Big Bang.

Según Sheldrake, desde el comienzo de su existencia, el universo fue adquiriendo ciertos hábitos particulares y desechando algunos otros. Con el tiempo, tales hábitos se desarrollaron como una suerte de memoria incorporada o, desde el punto de vista mayoritario, como “leyes de la naturaleza”.

Pero esta idea no es de vanguardia, ni propia del biólogo holístico, ya que mucho antes que Rupert Sheldrake, el autor británico Samuel Butler propondría en “Vida y hábito” que los instintos animales, la forma en que se desarrolla un embrión, e incluso átomos, moléculas y cristales, debían provenir de una forma de memoria inherente. Por ejemplo, el movimiento de un átomo es independiente a cualquier intención del hombre. Mientras un protón, un neutrón y un electrón (o una cantidad X de cualquiera de ellos) se encuentren dando vueltas por allí, instantáneamente la memoria inherente del universo hará lo que ha sabido hacer durante milenios: ensamblarlos en un átomo. Claro que, desde el punto de vista tradicional, se podría alegar que las leyes de la naturaleza tales como atracción nuclear fuerte, electromagnética, etc., fueron las que inevitablemente terminaron por unir al átomo. Sheldrake presenta una nueva teoría desde el origen, y como toda nueva teoría, he aquí el dilema que suele acompañarla: dosideas para un mismo fenómeno; una imposibilidad incómoda.

Continuando con el hilo del razonamiento, Sheldrake traslada el mismo ejemplo a uno de los enigmas más grandes de la biología actual, un enigma por el cual muchos científicos no muestran mayor interés: ¿Cómo crecen y se desarrollan los organismos a través del estado primigenio? ¿Cómo crecen las plantas a partir de las semillas? ¿Cómo se desarrollan los embriones a partir de células fertilizadas?

En el siglo XVII, la teoría mecanicista suponía que un mecanismo de sucesión válido era uno en el cual un roble en miniatura podía ser contenido por su semilla (la bellota).

De este modo, lo único que el roble debía hacer era recibir agua, sol y alimento para desarrollarse como tal. Pero esta idea suponía otro dilema: si un roble pequeño estaba contenido en la bellota, eso quería decir que las futuras bellotas destinadas a crecer del roble también tendrían que encontrarse ya formadas. Y dentro de tales bellotas, robles más pequeños, y dentro de ellos… ad infinitum.

Más allá de lo jocoso que la idea pueda parecer en el presente (incluso para un estudiante promedio) debemos recordar que la historia de la ciencia ha sido reescrita una y otra vez sobre teorías tanto o más irrisorias que esta. Sólo cabe recordar la generación espontánea de moscas a partir de carne podrida, o el “desarrollo e involución de órganos según la necesidad” de J. B. Lamarck. Hoy en día parecen un chiste; en su época, dictaban la norma.

La actual teoría genética supone para Sheldrake una nueva máscara para la vieja idea del preformacionismo; el roble no sería ya un producto en miniatura dentro de la bellota, sino que estaría codificado dentro de los genes de la bellota, la cual a su vez proviene de los genes de un roble, el cual proviene de una bellota… ad infinitum.

Entre el ADN y el alma

Las polémicas teorías de Sheldrake no son, lo que se dice, nuevas. Los aristotélicos y los platónicos ya intuían algo al respecto. Los primeros sostenían que todas las especies tienen su propia especie de alma, y que ésta es la verdadera forma del cuerpo; un alma de roble contiene al eventual roble, como un molde a un budín. Convergiendo con el razonamiento moderno, el doctor de Cambridge opina que decir que el ADN posee un “plano tridimensional del organismo” es atribuirle propiedades que no están comprobadas. “Sabemos lo que hace el ADN” dice Sheldrake. “Codifica las proteínas, codifica la secuencia de aminoácidos que forman lasproteínas. No obstante, existe una gran diferencia entre codificar la estructura de una proteína y programar el desarrollo de un organismo entero. Es la diferencia entre fabricar ladrillos y construir una casa con esos ladrillos”.

Los científicos genéticos saben desde hace años, que la molécula de ADN sólo codifica los ladrillos estructurales a partir de los cuales el cuerpo toma forma, y funciona. Pero de aquí a saber cómo las células especializadas del ojo, el páncreas o los nervios “saben” dónde formarse continúa en el más profundo de los misterios. “El ADN solo no puede explicar la diferencia de forma; se necesita algo más para explicar la forma”, asegura Sheldrake.

Actualmente se considera que tales fenómenos de posicionamiento anatómico desde el embrión hasta el adulto, dependen de lo que se denominan “patrones complejos de interacción físico-química no comprendidos plenamente todavía”. Pero según el biólogo, esto es lo que se conoce como emitir pagarés para futuras explicaciones que todavía no existen. Como tal, no es realmente un argumento objetivo; es meramente una declaración de fe.

Así, el Sr. Sheldrake, igual de polémico que de carismático, no baja la guardia a la hora de fomentar un cambio de nuestros conceptos desde el clásico reduccionismo científico, a una mentalidad más “holística”. De suerte que no continuemos como en el siglo XVI, intuyendo que cada roble se alberga dentro de una pequeña bellota; de suerte que no continuemos repitiendo el ciclo de negación, polémica innecesaria, y aceptación tardía… ad infinitum.

En ocasiones, nuestro pensamiento parece estar ligado al del resto de los seres de la raza humana. Según la ciencia actual, esto se reduciría a mecanismos psicológicos; según Sheldrake, todos somos partes de un gran campo mórfico

“Podríamos contemplar el origen del universo y la creatividad que contiene como un misterio impenetrable y dejarlo así. Si decidimos explorar más allá, nos encontramos con la presencia de varias antiguas tradiciones de pensamiento sobre el origen creativo último, bien sea éste concebido como el Único, Brahma, el Vacío, el Tao, el Abrazo eterno de ShivayShakti o la Santa Trinidad”. Dr. Rupert Sheldrake

Cuando los científicos en los laboratorios de cualquier parte del mundo intentan sintetizar un nuevo tipo de cristal, frecuentemente dan nota de cuán difícil y extenuante puede resultar dicha tarea. Sin embargo, cada vez que el hecho llega a consumarse, los demás laboratoristas del mundo, inevitablemente, no tardan mucho más en alcanzar la síntesis del nuevo compuesto químico. De hecho, cuantas más veces se produzca la cristalización del compuesto en cuestión, tanto más fácil logrará hacerse el procedimiento en las veces subsiguientes.

Este curioso fenómeno, conocido por los científicos del mundo entero por la “hipótesis de los barbudos itinerantes” es uno de los fenómenos más incomprensibles que los químicos de hoy en día se ven obligados a explicar. La argumentación más “racional” a este fenómeno, cuenta con que uno de los laboratoristas donde originalmente se había logrado el compuesto, hubiera alojado en su barba, ropa y/o efecto personal, una partícula del cristal para, luego de un viaje al laboratorio amigo, depositar a ésta en la habitación, mesa de trabajo o algún lugar cercano donde la partícula actuaría como nuevo núcleo de cristalización.

Pero dicha hipótesis presenta un dilema: ¿Qué ocurre cuando el compuesto se logra sintetizar después del ensayo original sin la participación de ninguno de estos “científicos barbudos” ocupándose de viajar de un lugar a otro? La respuesta, igual de ingeniosa que la primera, sugiere que las partículas del cristal podrían viajar por el aire de un lugar a otro, produciendo un fenómeno que aparenta un milagro.

Sin embargo, Rupert Sheldrake, el controvertido biólogo doctorado en Cambridge, no precisa de barbudos viajeros ni de milagros para explicar el proceso que atañe a los cristales. Para Sheldrake, éste y muchos de los fenómenos hasta ahora incomprensibles para la biología, serían fácilmente explicables si nos introdujéramos en el universo de los “campos mórficos”.

Pero, ¿de qué trata la teoría de los campos mórficos? Un extraño fenómeno protagonizado por los macacos de la isla japonesa de Koshima suscitó la atención de los biólogos en general a finales de los años 50. Cuando en 1952, un grupo de científicos de la isla, que alimentaba a los monos con batatas sucias, notó cómo una de las hembras llamada “Imo” comenzaba a adoptar el hábito de lavar la comida en un arrollo, se sorprendieron al observar con qué rapidez los demás miembros de la isla aprendían el truco. En pocos años, todos los macacos de la isla habían aprendido a quitar con agua, la arenilla y suciedad que hacía a la cáscara del tubérculo, algo un poco molesto para la ingesta. Sin embargo, el fenómeno dio un salto espectacular cuando los científicos notaron al cabo de seis años que, con igual énfasis, los monos del continente (los cuales no tenían contacto alguno con la isla) también comenzaron a lavar sus alimentos antes de ingerirlos.

Para Sheldrake, el comportamiento de los monos de Koshima y el aparentemente inconexo fenómeno de cristalización simultánea en distintos laboratorios del mundo, responde a un mismo orden de sucesos. Si cada hecho, acción, o creación formara o reforzara una suerte de “memoria inherente” en el espacio del universo, esto podría alterar otro hecho dado en un tiempo futuro sobre elementos similares. Es decir que, si la acción de lavar batatas de un mono surgiera sin un patrón o “campo mórfico” preexistente en el universo, cuando el segundo mono lo hiciera, la acción parecería más “instintiva” a la especie. Si los siguientes monos decidieran intentarlo, el campo mórfico correspondiente a “lavar batatas” sería usado y a la vez reforzado por tales acciones, y así, un mono que no estuvo en contacto físico con otro de su misma especie, podría conectar aún su comportamiento con el de sus iguales mediante el campo mórfico universal. Del mismo modo, un compuesto químico que carece de campo mórfico en el presente será mucho más difícil de cristalizar que otro cuyo campo haya sido ya formado por un primer compuesto.

Es decir que, un comportamiento de un elemento cualquiera del universo, tanto sea animal, vegetal o (tal como es demostrado con los cristales) mineral, crea una especie de memoria residente capaz de ser transmitida a elementos de la misma especie o similar. En efecto, cuando más similar es un elemento a otro (dos animales de la misma especie) más fácil es que este campo mórfico sea transmitido entre los elementos. En palabras del propio Sheldrake, “Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman. Si un animal aprende un nuevo truco en un lugar, por ejemplo, una rata en Londres, le es más fácil aprender a las ratas en Madrid el mismo truco. A cuantas más ratas londinenses se les enseñe ese truco, tanto más fácil y rápido les resultará a las ratas de Madrid aprenderlo”

En efecto, tal experimento fue llevado a cabo en numerosas ocasiones. Un clásico ejemplo es la prueba de inteligencia con que el Dr. William McDougall sometía a las ratas. McDougall medía la inteligencia de diferentes roedores para resolver un laberinto dado; a las ratas catalogadas como “inteligentes”, las apareaba entre sí, y a las ratas “torpes” las sometía a igual cruza. Los linajes torpes e inteligentes se mantenían aislados entre sí, y el experimento se extendió por más de cincuenta años, comenzando en la Universidad de Harvard y continuando en Escocia y Australia. El resultado final fue tan sorprendente como significativo: diez, veinte y sucesivas generaciones más adelante, las ratas de ambos linajes se hacían cada vez más rápidas en resolver el laberinto, sin estar antes expuestas a la prueba. Tanto las torpes como las inteligentes eran capaces de terminar la prueba unas diez veces más rápido que las ratas originales. Hasta el momento, no existen más teorías que la del campo mórfico para interpretar el resultado de tales fenómenos.

De hecho, hasta el momento, no existen teorías sólidas para explicar el extraño comportamiento de las ratas, ni de los monos de Koshima o la cristalización simultánea de nuevos compuestos químicos, más que las expuestas por Rupert Sheldrake. De cualquier forma, verdad o mentira, cuento o realidad, el campo de las ciencias holísticas parece no encontrar aún cabida, en un mundo en el que el “método científico” reina como amo y señor del pensamiento general.

(Por Leonardo Vintiñi – La Gran Época, 2008)




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