viernes, 14 de junio de 2013

Tomate, sabrosa y nutritiva medicina.



Actualmente, el tomate es uno de los productos más utilizados en la gastronomía y se ha convertido en un ingrediente fundamental en casi todas las culturas.

Varios de sus secretos menos conocidos son que combate el reumatismo, previene y ayuda a superar los problemas urinarios, también es bueno para la circulación de la sangre, remedia problemas hepáticos y digestivos.

Entre sus numerosas propiedades destaca su importante aporte en vitaminas A y C, hierro, calcio, magnesio, zinc y potasio. Además, el tomate cuenta con un elevado contenido de antioxidantes y previene a nuestro organismo de contraer enfermedades, como podría ser el cáncer.
Los especialistas recomiendan consumir el tomate crudo, ya que al cocinarlo puede perder alguna de sus propiedades. 

¿El tomate es bueno o malo para el ácido úrico?
Si tienes el ácido úrico alto, probablemente dentro de la lista de alimentos permitidos y prohibidos en la dieta para bajarlo, el tomate se mantenga en la duda. ¿El tomate es rico en purinas?, ¿es bueno o malo para el ácido úrico?, ¿qué hay de cierto en relación a los efectos del tomate sobre el ácido úrico?

Antes de dilucidar la cuestión acerca de si el tomate es bueno o malo en la dieta para bajar el ácido úrico alto, es decir si puede pasar a engrosar la lista de alimentos permitidos o la de los prohibidos, vale hacer la siguiente aclaración:
Algunos vegetales son ricos en ciertas sustancias denominadas purinas, a partir de las cuales se forma el ácido úrico. Por tal razón, se recomienda que los mismos sean consumidos con moderación o directamente eliminados en una dieta baja en purinas.
En especial se trata de legumbres como los guisantes y las lentejas que pueden generar más de 100 mg de ácido úrico, cada 100 gramos de alimento ingerido y de verduras como lasespinacas, una de las menos recomendadas en pacientes gotosos.
Sin embargo, el tomate no se encuentra entre este tipo de vegetales ya que su aporte apenas alcanzaría a 10 mg cada 100 gramos de tomates frescos consumidos, lo que lo convierte en un alimento bajo en purinas.
Por otra parte, contiene vitamina C y licopenos que disminuyen entre otras cosas, el riesgo a padecer de cáncer de próstata, además de una serie d ebeneficios que el consumo de tomate aportaría a la salud.

De allí que es hora de acabar con este mito, ya que el consumo de tomate lejos de aumentar el ácido úrico, por sus propiedades desintoxicantes,favorecería la eliminación del mismo de la sangre.


El tomate es un alimento poco energético, dos tomates medianos tan sólo aportan 22 calorías. Aproximadamente el 95% de su peso es agua, cerca de un 4% son hidratos de carbono. Se le considera una fruta-hortaliza ya que contiene mayor cantidad de azúcares simples que otras verduras, lo que le confiere un ligero sabor dulce. También es fuente importante de ciertas sales minerales (potasio y magnesio, principalmente). De su contenido en vitaminas destacan la B1, B2, B5, vitamina C y carotenoides como el licopeno (pigmento que da el color rojo característico al tomate). Estas dos últimas sustancias tienen carácter antioxidante con función protectora de nuestro organismo. Durante los meses de verano, el tomate es una de las fuentes principales de vitamina C.


Durante muchos años se ha estado prohibiendo el tomate a las personas que padecen cálculos renales debido a su contenido en ácido oxálico. Esta sustancia junto con el calcio forma sales insolubles (oxalato cálcico), las cuales precipitan en forma de cálculos o piedras. Sin embargo, su contenido en ácido oxálico es moderado (5,3 mg/100 g), similar al de muchos otros alimentos e inferior al de la lechuga (17 mg/100 g), el té (83 mg/100 g) o las espinacas (779 mg/100 g). Por tanto, se puede considerar al tomate como alimento depurativo. Además, es eficaz para tratar el estreñimiento dentro de una dieta rica en fibra. En caso de estómago delicado, debido a su acidez, su consumo puede estar contraindicado, aunque dependerá de la tolerancia de cada persona. A algunas personas no les sienta bien y esto se suele manifestar con úlceras en la boca recurrentes y eccema.

Elegiremos los tomates frescos, con la piel lisa y suave al tacto, sin reblandecimientos ni manchas en la piel ya que esto último nos indica que el producto está deteriorado. Conviene comprarlo semimaduro porque sigue respirando (madurando) durante el almacenamiento. Si se va a consumir crudo conviene lavarlo con abundante agua y unas gotas de lejía, para eliminar cualquier germen. No necesitan condiciones especiales de conservación, aunque pueden refrigerarse. Entero, se puede guardar -preferentemente en la nevera- de 6 a 8 días y en zumo natural o triturado, se conserva un máximo de dos días. Su piel y su acidez, permiten que no haya pérdidas significativas de vitaminas. El tomate crudo no resulta apto para la congelación ya que se reblandece, aunque si se pueden utilizar para cocidos, guisados y salsas.

El tomate es uno de los alimentos o ingredientes más populares en Europa, debido en parte a su versatilidad y su facilidad para combinarse bien con queso, huevos, carne y una amplia variedad de alimentos y de hierbas aromáticas.

Además del sabor, hay buenas razones para consumir tomate. Contiene vitaminas A (concretamente beta-caroteno o provitamina A), C y E (hay que consumirlo fresco para obtener esta última) y licopeno (colorante natural) de acción antioxidante, así como sales minerales.

¿Qué es el licopeno?
Los tomates constituyen una de las fuentes alimentarias más importantes de un pigmento rojo denominado licopeno, un carotenoide que les aporta su color rojo característico.
Contribuye a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer...
Numerosos estudios científicos han puesto de manifiesto que el licopeno tiene propiedades antioxidantes y que, consumido habitualmente en la dieta (10 o más tomas semanales de alimentos ricos en licopeno: sandía, salsa de tomate, uva rosada, pomelo rosado...), contribuye a reducir el riesgo de ciertos tipos de cancer, en especial el de próstata (un elevado nivel de licopeno en el plasma sanguíneo se asocia con una menor incidencia de cáncer de próstata), pero también en el de páncreas, pulmón y colon. Se ha de tener en cuenta que el plasma sanguíneo absorbe mejor el licopeno cuando éste procede de productos elaborados a altas temperaturas que cuando se ingiere una cantidad equivalente de tomates frescos. Del mismo modo, la biodisponibilidad o aprovechamiento por parte de nuestro organismo del licopeno procedente del zumo de tomate procesado con calor es mayor que la del zumo de tomate crudo. Por otro lado, aunque la salsa de tomate, también sometida a calor, es una de las fuentes mejores de licopeno, resulta más efectiva cuando se consume con un poco de grasa (aceite de oliva o de semillas).
Potencia nuestro sistema inmunológico...
En las últimas décadas, se han acumulado pruebas que avalan la existencia de una serie de acciones biológicas de los carotenoides, entre las que se incluyen, además de la actividad antioxidante, efectos beneficiosos sobre el sistema inmunológico, el control del crecimiento y la diferenciación celular y la estimulación de la comunicación intercelular. De esta forma, dichas sustancias se alzan como un importante apoyo para aliviar enfermedades carenciales y situaciones patológicas.

El tomate es un fruto en baya de la planta del tomate (Lycopersicum esculentum) de la familia de las solanáceas, a la que también pertenecen la patata, el pimiento y la berenjena.
El tomate madura en verano, aunque gracias a los cultivos de invernadero podemos gozar de él durante todo el año.

Entre las variedades más populares, destacan las siguientes:
Tomate en rama, de pequeño tamaño y piel fina, apreciado sabor y textura, además se conserva muy bien.
Tomate de pera, adecuado para elaborar conservas, debido a su sabor y aroma.
Tomate canario, muy rojo y redondo, de sabor dulce. Se suele utilizar para untar el pan de tostadas.
Tomate cherry, que tiene un sabor afrutado y se utiliza más bien como elemento decorativo de platos y en ensaladas.
Tomate verde, de color poco intenso, esconde una pulpa dura y es muy apreciado para ensaladas.
Tomate de Monserrat, de aspecto lobuloso y achatado, es muy aromático y sabroso e ideal para ensaladas.
Tomate raf, muy parecido a los de Monserrat, pero con más pulpa, también ideal para ensaladas.



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